C H A T O

¿Quién no ha oido salir esa fatídica palabras de boca ajena, incluso de la suya propia?, en el momento en que has oído esas palabras has comprendido que la persona que las ha pronunciado no es un cualquiera, NO!, es uno de los repulsivos seres que usan la coletilla CHATO, gente clasificada en 3 grupos, según el tono de su CHATO, por un lado existen las viejas que usan el chato como algo natural, y en el fondo menos doloroso, ya que piensas en la de veces que ha tenido que oir esa palabra y comprendes que su odio hacía la palabra ha llegado a un extremo tan alto que se ha convertido en una pobre vieja loca que solo hace que repetir la maldita expresión.

Por otro lado, tenemos el chato cariñoso, más bien con instinto ¿sexual?, lo que no se dan cuenta esos adefesios (con voz de Carmen antes de dejar de llamarse Manolo y cambiar las carreteras a bordo de un camión por el pie de la carretera y subir el camión en ocasiones más que puntuales para realizar efectos que no vienen al caso), es que esa pequeña incitación, ese clima sexual, ha caído en picado por el simple hecho de pronunciar la palabra desde hoy prohibida por la Real Academia de la Lengua Mundial ( ¿que digo mundial?, UNIVERSAL).


"Hola Chato..."(Aghh, que asco, no sé si la foto podrá estar eternamente aquí)

Y por último y como la peor de todas las variantes de esta betada palabra, tenemos mayor símbolo de estupidez y arrogancia, un intento de amenaza, incluso siendo involuntario, se nota que es una persona que jamás tendria el suficiente respeto a nadie como para poder llamarle algo de por si ya despectivo, como chaval o nene, NO, ellos usan CHATO que es como si te estuvieran demostrando que no vales nada, que eres el ser más insignificante que existe en el mundo.

Por último decidimos aceptar el chato como nombre o mote, pero JAMÁS, como una coletilla más de un extenso lenguaje que tiene un punto negro en él, la palabra que sólo con ser pronunciada debería provocar la muerte instantanea ( nunca muerte rápida) del ser en cuestión ( me niego a llamar al ser persona).